Shery

La leyenda familiar cuenta que aprendió a cantar antes que a hablar, imitando durante horas los discos que su mamá sonaba día y noche.

Su camino como artista inició desde muy pequeña, con un trapeador como micrófono, escoba por guitarra, un ejército de ollas de cocina convertidas en batería y la carita invisible bajo una capa de harina mojada, jugando a imitar a la mega banda Kiss.

Nacida un 18 de agosto en Guatemala bajo el signo de Leo, pronto descubrió la emoción de tomar prestadas las medias de su hermana para romperlas y convertirse en Gloria Trevi.

Los coqueteos con el escenario empezaron desde los primeros años de escuela, donde ya sea cantando, bailando o actuando empezaba a crecer el hambre de hacer música que, años más tarde y antes de graduarse de quinceañera, la llevaría a escaparse de casa en busca del sueño de cantar.

Su precoz salida del nido le enseño a ganarse la vida por sí misma desde muy temprano, combinando estudios con trabajos diversos, sin faltar los apuros para reunir la renta, que más de una vez dejaron el refrigerador desconectado a fin de mes, pero que no evitaron que cierta vez gastara su sueldo en contratar un estudio para grabarle una canción, de regalo de cumpleaños, a un afortunado chico que le tenía robado el corazón.

Fue por esa época cuando el duende de la música la llevó a cantar una temporada con la banda de Bob Porter, más un furtivo paso por el Conservatorio Nacional de Música, donde se inclinó por el contrabajo.

En medio de un profundo abismo de amor, se fijó en una nota de periódico que anunciaba un casting para el World Championships of the Performing Arts, en Hollywood, California.

Salir seleccionada en las audiciones la motivó a recibir por primera vez clases formales de canto, que cursó con el maestro guatemalteco Luis Galich y la profesora portorriqueña Angélica Rosa.

Se matricula además en el “Taller de la Canción”, donde estudió composición de la mano de dos leyendas del rock guatemalteco, los ex-Alux Nahual Oscar Conde y Ranferí Aguilar.

De regreso de las Olimpiadas, donde la primera canción de su autoría se hizo acreedora de una medalla, Shery se sumerge en una intensa etapa creativa, escribiendo decenas de canciones y dirigiendo “Libre”, su primer videoclip experimental.

Mientras continúa perfeccionando su técnica vocal bajo la dirección del profesor cubano José Luis Pacheco, acepta una invitación de su maestro Luis Galich para compartir escenario durante una temporada musical, experiencia que acelera su proceso de maduración como artista y el descubrimiento de las posibilidades de su voz.

Alentada por la recepción del público, Shery toma la decisión de quemar los barcos, dejar atrás su vida normal, y lanzarse de lleno como cantautora.

Sin financiamiento ni el respaldo de una compañía discográfica, con ayuda de un puñado de amigos produce un concierto en su natal Guatemala que, para sorpresa de los organizadores, agota las entradas, deja una larga fila de personas que no logran entrar, y resulta en una de cada dos personas de la audiencia comprando el CD que se había improvisado con su primer sencillo.

Pronto “El amor es un fantasma”, que poco antes había llegado casi por accidente a una radio local, empieza a sonar con fuerza y a cobrar protagonismo en la escena.

El público la respalda y en su primera semana al aire logra entrar al Top 40, donde se mantiene durante 26 semanas consecutivas, récord para un artista local.

El sencillo, que eventualmente llega a vender más de 5,000 copias como independiente, alcanza el primer lugar como la canción más solicitada a las radios a nivel nacional, inaugurando con ello una racha de 4 sencillos colocados en la posición #1 de las preferencias de radio en Guatemala. Las regalías del sencillo fueron donadas en su totalidad para las víctimas del huracán Stan.

Como compositora, sus canciones han sido escogidas para promoción de ringtones en Japón, para una campaña promocional de cierta conocida empresa de software de los Estados Unidos, y para figurar, junto a composiciones de Álvaro Torres, Café Tacuba, Juanes y Franco de Vita, en un cancionero utilizado en cursos oficiales de lengua española en escuelas secundarias y universidades de Estados Unidos y Canadá.

Shery ha sido dos veces finalista, entre 15,000 participaciones de todo el mundo, en el prestigioso John Lennon Songwriting Contest (Concurso de Composición John Lennon), en Nueva York, y premiada por la Unisong International Songwriting Competition (Competencia Internacional de Composicion Unisong), de Los Ángeles.

Compitiendo con 504,000 canciones y 42,000 discos de todo el mundo, su tema “En la vida y para siempre” fue nominado en la categoría de Mejor Canción Latina por los Premios Musicales Just Plain Folks (JPF), en Nashville, considerados como los “Grammy” de la industria musical independiente.

Shery ha participado en más de 160 conciertos en diversos países. Ha compartido escenario con artistas como Enrique Iglesias, Chayanne, Christian Castro, Manuel Mijares, Vikki Carr, Aleks Syntek y Miguel Bosé, entre otros. La cadena KTNC.com Azteca América la describió como "la nueva voz para endulzar el mundo".

Con ayuda de Internet, su música ha cruzado fronteras, conquistando fans y vendido discos a lo largo y ancho de América, y en países tan poco usuales para el pop hispano como Japón, Alemania, Italia, Malasia, Islandia y Suecia.

Dos de sus canciones se mantuvieron por más de 120 semanas consecutivas en el Top 10 Latino de GarageBand.com (actualmente iLike.com), en su momento el mayor portal de artistas independientes del mundo, que le otorgó distinciones como “Mejor Voz Femenina”, “Mejor Melodía”, “Mejor Producción Musical Latina” y “Mejor Canción Romántica”. Su tema “Me convertí en roca" fue votado por los usuarios como "mejor canción de amor de todos los géneros, de todos los tiempos".

Su primer álbum, que se titula "El amor es un fantasma", reúne 13 canciones originales de su puño y letra. Incluye una canción en italiano que escribió para ella el productor napolitano Francesco Sondelli, así como un tema mezclado por Eddie Kramer, productor de Kiss, Led Zepellin, The Rolling Stones y Jimmy Hendrix. En la grabación participaron, entre otros destacados músicos, Mario Pagliarulo, bajista de Serj Tankian, de System of a Down, el baterista italiano Roberto Zincone y la violinista japonesa Jenny Takamatsu.

La canción "El amor", que interpreta a dúo con el cantante cubano-americano Daniel René, es un homenaje a su autor, el gran romántico español José Luis Perales. En su canción “El suspiro se me va”, co-escrita con Sondelli, Shery combina elementos del rock progresivo norteamericano, la pasión italiana y el sentimiento latino. Su música se encuentra a la venta a nivel mundial a través de tiendas como Amazon.com, iTunes y CDBaby.

Tras superar 15,000 copias vendidas como artista independiente, Shery decidió agradecer a sus fans regalando su disco mediante descarga digital a través de su página web. La producción ha sido descargada desde más de 134 países.

Para el videoclip del sencillo "Uno solo en este juego", que interpreta a dúo con Jorge "el Bardo", utilizó un carro de carreras auténtico y elementos de animación digital 3D, bajo la dirección de los cineastas Jimmy Lemus y Leonel Alvarez.

La versión definitiva del videoclip "Me convertí en roca" fue terminada en julio 2011 bajo la dirección de Christian Celada, quien para la producción utilizó elementos como una mansión de estilo clásico, un piano histórico y una mansión colonial. En la introducción se escucha a lo lejos el canto natural de más de 100 pájaros.

Con un estilo orgánico y sensual, con canciones surgidas de sentimientos profundos y vivencias auténticas, Shery ofrece un rico sonido Pop Melódico que atrapa los sentidos, con el que le canta al amor que se vive con pasión, y también al que se aleja para no volver nunca.

Al día de hoy Shery es la artista guatemalteca más escuchada en MySpace, sólo detrás de Ricardo Arjona. Su perfil en el portal social Hi5 es el más visitado del planeta.

Siempre cercana a sus seguidores, Shery dedica varias horas cada día a responder personalmente cientos de mensajes que le llegan a través de las diferentes redes sociales.

Cuando no está de gira, Shery adora nadar, andar en bicicleta y dibujar. "De no haberme dedicado a la música", dice, "me habría gustado ser mochilera y recorrer el mundo sin un quinto en el bolsillo."

Shery ama a los perros, gatos y prácticamente a toda clase de bicho viviente. Casi siempre perdona la vida a las arañas. Vive con Ponkis, su "temible" y "feroz" silky terrier.

Compositora incansable, actualmente lleva escritas más de 60 nuevas canciones candidatas a figurar en su próximo disco.

Para saber más sobre Shery síguela en Twitter como @SheryMusica en www.twitter.com/sherymusica

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